El huachicol dicta agenda

El domingo 26  de marzo un convoy militar fue atacado en una comunidad poblana conocida como Encrucijada, geográficamente en el “triángulo rojo”, el centro de operaciones de los grupos dedicados al robo de combustibles de los ductos de Petróleos Mexicanos.

El saldo preliminar de ese evento fue de ocho militares lesionados y un camión de traslado militar volcado, fuera de carretera.

La primera versión oficial es que se trató de un accidente por la falta de pericia del operador del transporte de personal de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena); del otro lado dela vía, una camioneta Lincoln de color negro con placas de circulación del estado de Veracruz con las portezuelas abiertas, abandonada sobre el suelo terroso, en medio de la nada.

El problema surgió cuando a través de los equipos de radio comunicación de los cuerpos de seguridad policiaca hablaron de “las fotos de la camioneta que nos disparó a los militares”’ y que “no hay más datos si haya detenidos o heridos por parte de los agresores”; más aún, en el hilo de la conversación cuya transcripción está en poder del columnista se dice con toda claridad que los bandoleros “hicieron disparos pero nuestro personal de la Policía Estatal Preventiva, todos bien” (sic).

Puebla fue en donde se produjo hace poco el operativo Encrucijada con la actuación coordinada de fuerzas federales y estatales, que permitió detener a más de 70 personas presuntamente vinculadas con grupos delictivos.

No se trata de un evento anecdótico pues el robo de combustibles por parte de los llamados huachicoleros está en el centro de la agenda de seguridad nacional por diversas variables: para la paraestatal las pérdidas económicas ascendieron a 100 mil millones de pesos en los primeros cuatro años del sexenio.

De acuerdo con un comparativo del sitio www.animalpolítico.com de 2009 a 2016 Pemex perdió 159 mil 957 millones de pesos, cifra que equivale al monto de inversión que la Secretaría de Educación Pública destinó, en ese mismo periodo, a la investigación científica y desarrollo tecnológico.

El fenómeno del huachicol se extendió de Veracruz a los estados de Hidalgo, Tlaxcala, Estado de México y Puebla. Existen estudios realizados por despachos especializados que sugieren la presencia de al menos tres cárteles que diversificaron sus actividades delictivas, como el Cártel de Jalisco Nueva Generación, los Zetas y el del Golfo.

La guerra por el control de las plazas se acentúa y la cifra de muertos crece conforme avanzan las semanas mientras que en diversos puntos de los estados por donde pasan los ductos de Pemex los huachicoleros construyen base social, como sucedió en Encrucijada, la tierra que no existía en el mapa hasta que se encontró ahí un grupo delictivo en posesión de más de 5 mil cartuchos útiles y armamento de todo calibre, además de unos 40 autos, algunos de ellos de lujo.