Los vicios ocultos de Rafael Moreno Valle

La estrategia de blindaje que armó Rafael Moreno Valle parecía rendir frutos.

Un Congreso a modo de 4 años 8 meses, un fiscal, un auditor y un presidente del Tribunal extrasexenales, todos bajo la premisa de una obligada lealtad a quien les otorgó la privilegiada investidura.

Pero sobre todo, el haber negociado que fuera Alejandro Torres Palmer, el contralor del nuevo sexenio.

No exagero cuando les digo que para realizar la operación limpieza del gobierno anterior se requería de todo un ejército.

Los vicios ocultos heredados por la administración morenovallista rebasan los límites de lo tolerable.

En Infraestructura, obras inconclusas, ilegalmente "licitadas" y adeudos a constructores; en Transporte, permisos otorgados de último momento, subsidios millonarios sin justificar y permisionarios beneficiados; en Salud, compras de pánico y amañadas en los últimos meses del sexenio, equipos desaparecidos; en Puebla Televisión un millonario desfalco; en Turismo, pagos de publicidad puente para la imagen de RMV; en la SGG, Consejo Estatal de Seguridad Pública, compras ilícitas en equipamiento, capacitación y obras en materia de seguridad y así la mayoría de las dependencias, donde la Secretaría de Finanzas se convierte en el centro macrooperativo financiero.

Para fortuna de quienes hoy buscan golpear por la espalda al gobernador Tony Gali, es que su palabra pesa y el halo de protección a los exfuncionarios se ha mantenido hasta la fecha.

Sin embargo, en política, como en todo en la vida, nada es eterno.

Pero aquí viene el problema. En la mayoría de los casos aquí expuestos, la Auditoría Superior de la Federación ya tiene puestos los ojos en los innumerables vicios ocultos de la administración morenovallista.

La cloaca está abierta.