Oscar Legaspi
El Ojo Político
2017-07-03 07:07:26
El ajedrez político nacional empieza a moverse después de las elecciones próximas pasadas, sobre todo tomando en cuenta los resultados que arrojó el Estado de México.
Esos mismos resultados dió pie a que las guerras internas en cada partido político arreciaran y con ello fomentar una división cada vez mayor a su interior.
De los resultados obtenidos observamos que el PRI a pesar de mantener la hegemonía del poder, redujo de manera considerable la distancia con la segunda posición, siendo en este caso Morena.
El PRI dio ese resultado porque su candidato Alfredo del Mazo no era la persona idónea para serlo, la estructura partidista operó al cien por ciento hasta cierto punto ya que dejó muchos heridos la soberbia del grupo Atlacomulco al imponer por dedazo al candidato, por lo que la decisión de darle continuidad al poder hegemónico los dejó fuera de la contienda.
Es una victoria con olor a derrota si comparamos que hace seis años Eruviel Ávila ganó la elección por más de treinta puntos de los obtenidos hoy con Del Mazo.
Según el presidente del PRI, Enrique Ochoa, la alianza que le funcionó fue con el PVEM, el PES y Nueva Alianza. Solo basta recordar que el único que siempre le ha sido fiel es el Verde, por lo que Nueva Alianza se ha prostituído con el mejor postor de acuerdo a los intereses de sus líderes, hoy fue el Estado de México, en otras ocasiones la ha jugado con el PAN como en Puebla.
La carencia de acuerdos destruye a la izquierda
El caso de los partidos políticos de izquierda se ha venido manifestando de manera muy diferente.
Antes de la elección del Estado de México, Morena le propuso al PRD definiera si aceptaban la alianza y de ser así, lo externaran antes de proponer candidato.
El PRD le jugó al tipitoche, le estuvo dando vueltas al tema porque no se definía. Morena los puso contra la pared y los acusó de ser parte de una maniobra de la “mafia del poder” como López Obrador llama al grupo gobernante en el país.
Esa Alianza que Morena proponía era la suma de los partidos políticos de izquierda conformando un frente amplio y solo el Partido del Trabajo fue el que se sumó.
La condición era que si se unían tenía que ser para las dos elecciones, la de 2017 y 2018.
Después de la elección de 2017, Yeidckol Polevnsky, secretaria general de Morena reconoció que si su partido y el PRD hubieran concretado la alianza los resultados hoy arrojarían unas cifras difíciles de señalar para un intento de fraude electoral.
Señaló directamente a Luis Sánchez y Octavio Martínez del PRD de rechazar la coalición.
De última hora recordemos que Morena fue cuando definió como candidata a Delfina Gómez y el PRD a Juan Zepeda.
La soberbia de Andrés Manuel López Obrador según Juan Zepeda fue lo que obligó al PRD a desistir de llevar a cabo el bloque de izquierda; y la sorpresa fue que Juan logró un tercer lugar haciendo a un lado al PAN y su candidata Josefina Vázquez Mota.
De esa manera se ve muy difícil que para el 2018 se logre una alianza de izquierdas para hacerle frente a un PRI que a pesar de los dedazos ha demostrado que su estructura partidista puede generar votos; es más, verá con muy buenos ojos que la alianza no se llegue a concretar porque como dice el dicho divide y vencerás.
El PAN en terapia intensiva
En el PAN la situación está en grave crisis, digamos comparando con la medicina, que el enfermo está a punto de un paro cardiaco.
Todo ello a consecuencia de que el PAN se ha dividido en tres grupos que quieren el poder; el primero corresponde a Ricardo Anaya, que aún siendo presidente del partido ha sido denostado por los otros dos grupos para que deje de hacer promoción personal a base de los recursos emanados del propio partido.
No obstante a ello y los magros resultados obtenidos en el 2017 con la caída de Josefina Vázquez al cuarto lugar con un porcentaje electoral nunca antes visto, si le sumamos que el resultado en Veracruz de las presidencias municipales no le corresponden directamente a las decisiones del PAN y Ricardo Anaya, sino más bien al manejo político del gobernador Miguel Ángel Yúnez.
El segundo grupo corresponde a Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, quién públicamente le ha rechazado hasta el saludo a Ricardo Anaya.
El grupo al que pertenece Margarita es el grupo panista puro, ancestral por decir así.
No permite negociar y la soberbia limita sus aspiraciones.
El tercer grupo es nuevo, es del Rafael Moreno Valle Rosas, ex gobernador de Puebla; hoy señalado por la gran publicidad a nivel nacional de un libro que nadie ha leído pero que aparece promovido en espectaculares, spots de radio y tv en horarios triple A, queriendo decir los más caros en el mercado publicitario.
Moreno Valle está tejiendo una alianza entre el PAN y el PRD para el 2018 donde él sería el gran candidato como lo hizo en Puebla, salvo que hay que recordar que los perredistas en su momento y hoy morenistas como el senador poblano Luis Miguel Barbosa, lo detestan por traición a su palabra.
Durante el sexenio de Moreno Valle no incluyó a ningún miembro perredista y panista a pesar de que esa había sido la promesa de campaña.
Tan es así que en el Estado de Hidalgo el presidente estatal Asael Hernández, ha manifestado que se lleva a cabo un trabajo que se busca a nivel federal como hacer alianza para un frente amplio.
Esto de ser así sería con el PRD.
Asael manifestó que esta alianza debe darse más allá de las ideologías o de la doctrina de cada partido; pero acaso ya se le olvidó a este “gran” líder que los partidos ya no cuentan con ideología o doctrina y que lo único que los une son los intereses personales y económicos.
Un punto clave para lograr las alianzas es el espionaje telefónico y de eso es señalado Rafael Moreno Valle, esa ha sido la pieza importante para hacerles manita de puerco a sus adversarios.
Así que las alianzas y candidaturas se harán hablando bajito y a señas.
2024-04-25
