Roberto Medrano
URBE
2017-07-17 07:02:01
La disyuntiva para los congresistas es llevar a la práctica lo ya aprobado, es decir, gobiernos de coalición o darle para adelante a una nueva reforma constitucional con miras a lograr la segunda vuelta electoral.
No más.
La era del partido único llegó a su fin hace muchos años. De ello, dan fe Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo.
El presidencialismo, como lo conocemos, podría dar un vuelco sin precedente. Para ejercer el poder requerirá de la mayoría en el Congreso.
O acaso ¿pesa lo mismo el punto de vista del jefe del Ejecutivo federal que la del líder congresista o, digamos, la del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación?
Recuerda usted lo que alguna vez el extinto secretario de Gobernación, Jorge Carpizo McGregor, decía del poder meta constitucional, propia del mandatario nacional en turno?
Bien lo dice el titular de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero: “No podemos esperar que un sistema político del siglo pasado dé soluciones a un mundo más diverso, complejo e integrado”.
La pregunta entonces es ¿Segunda vuelta? ¿Gobierno de coalición…?
En reciente foro, el panista Diego Fernández de Cevallos se pronunció por la segunda vuelta para garantizar gobernabilidad, pero acotada a cuatro años, en tanto el priista Manlio Fabio Beltrones Rivera apoyó la alianza.
En los últimos años, los presidentes han obtenido menos de 50 por ciento. El gobierno de coalición se comparte con el Congreso.
En febrero de 2014, integrantes del Legislativo autorizaron al Ejecutivo federal a “en cualquier momento, optar por una administración de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en el Congreso de la Unión”.
La apuesta de Beltrones Rivera y amigos que le acompañan es hacia un mandato de alianza obligatoria, cuando el candidato ganador no logre 42 por ciento de la votación total.
En esos términos, la Cámara de Senadores sería cogobernante.
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