Fernando Maldonado
Parabólica
2017-07-31 07:12:15
Este fin de semana, se cumplen los primeros 8 de 10 días que la excandidata al Gobierno del Estado de México, Delfina Gómez Álvarez, programó para realizar una caminata desde Texcoco a la capital de esa entidad y luego a la CDMX 'en defensa del voto' tras la elección del 4 de junio.
Sorprende la soledad de la exabanderada durante su travesía y el desinterés de esa manifestación. En 'la defensa de millones de voluntades, que le dieron el triunfo a Morena en el Edomex' ha estado ausente en los principales espacios noticiosos, columnas periodísticas y análisis de los más influyentes comentaristas de la cosa pública.
Si algo habría que reprochar al dirigente que la postuló candidata para disputarle el poder al aparato oficial en la tierra del presidente Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador, es la ausencia marcada en una movilización encabezada por la profesora y que parece tener como destino insoslayable, el ninguneo.
Gómez Álvarez había conseguido reducir la distancia entre el primero y segundo lugar en la votación del 4 de junio, frente al rival del PRI y primo hermano del presidente, Alfredo del Mazo Maza hasta quedar a 2.91 por ciento de desplazar del poder al partido que se enfila para extender su poderío en tierra mexiquense a 94 años.
Lejos del reconocimiento del trabajo meritorio de la exabanderada, la única respuesta de parte del buró político de Morena en manos de López Obrador y de Yeidckol Polevnsky, la secretaria general del partido más joven en el país y el de mayor crecimiento, ha sido el silencio.
Dos personajes acompañaron en el arranque de la marcha: el sacerdote Alejandro Solalinde, un clérigo más metido en el activismo que en el trabajo pastoral y el excandidato al gobierno de Coahuila, Armando Guadiana. Sin embargo, no ha sido suficiente.
El largo camino recorrido por la maestra Delfina Gómez ha ido desde Texcoco a Toluca, la capital; y de ahí a la Cámara de Diputados; la Secretaría de Gobernación y hasta la Cancillería. Nadie ha abierto una sola ventanilla para siquiera escuchar el reclamo de la oposición.
En política, a veces las ausencia y el silencio dicen más que las palabras. Por eso, inquieta el mutis que guarda la dirigencia de Morena. Puede ser que la movilización de Delfina Gómez Álvarez sea una causa perdida o que simple y llanamente López Obrador y quienes habitan en la república amorosa ya anden de vacaciones de verano. Tal vez.