Empujones y piquetes de ojo entre suspirantes

Agárrese, esto apenas comienza. El proceso político electoral 2018, todavía no arranca formalmente y los suspirantes ya se están dando con todo.

Basta con checar las numerosas declaraciones de los aspirantes a los cargos de elección, ofertados para las votaciones del año entrante, como para preguntarnos, qué hace a un político merecedor de una candidatura y del voto popular; y las 2 opciones a la mano son la meritocracia o la capacidad para desempeñar un cargo de elección.

No vamos tan lejos. En la CDMX, todos los días se apilan los nombres de los que quieren ocupar la oficina del antiguo Ayuntamiento, en el que hoy despacha Miguel Ángel Mancera Espinosa, a quien por cierto sus promotores y detractores lo ven pidiendo licencia a finales de septiembre.

Ya hay listas de los que presumen, se quedarán a cuidar la oficina de Mancera (el changarro dicen otros), y aseguran que Julio César Serna seguirá como sombra de su jefe en la campaña, a Paty Mercado la promueven como coordinadora de la contienda mancerista y como eventuales encargados de despacho —el premio de fin de sexenio—, José Ramón Amieva, Manuel Granados o al propio Salomón Chertorivski.

Tome nota. En el PRD, Alejandra Barrales, seguramente ya se percató que no va sola en sus pretensiones de escalar posiciones políticas, y ya le acomodaron en la lista de tiradores a la senadora Dolores Padierna (mancuerna de “El señor de las ligas”), y por no dejar a Patricia Mercado y a Chertorivski. ¿Pues de dónde?, preguntaría la abuelita.

En el partido de enfrente, los morenistas dejaron a un lado las máscaras y se enfrascaron en una competencia feroz por la candidatura, aún a sabiendas de que la decisión final será a través de “lo que diga mi dedito”.

Para seguir con palomitas en mano, está la confrontación entre Ricardo Monreal y Martí Batres, uno y otro asegurando que tienen el mejor diagnóstico y las fórmulas mágicas para atender las dolencias de esta ciudad. Están dispuestos a todo, como el zacatecano que busca el voto útil de los priistas. En suma, están dispuestos a hacer pactos hasta con el diablo.

Pero ambos, Monreal y Batres, saben que no tienen mucho que hacer ante Claudia Scheinbaum, pues dicen los chinchorreros que es la más cercana al líder de Morena y eso vale más que todo lo demás. Ahí será para la otra.

Para ripley. Quien logró colarse al proceso interno y lo festejó en el feis y Twitter fue Mario Delgado, pues después de varios pataleos, logró que lo incluyeran en la “encuesta”  que dicen definirá la candidatura de Morena a la CDMX, aunque ya sabemos que al final lo importante será “lo que diga mi dedito”. Al menos saldrá en las estampitas.

Los panistas y priistas en la competencia por la CDMX serán de acompañamiento -¿lanzarán a Rosario Robles a los lobos?- y más bien, enfocarán sus baterías a las diputaciones en el Congreso Constituyente y los ayuntamientos capitalinos. La crema va a San Lázaro y al recinto de los senadores en Reforma.

Entre querer y poder

Una de las etapas cíclicas de la política mexicana siempre ha sido -dicen los que creen en las visiones republicanas- no solo es querer, sino poder, sobre todo cuando se trata de candidaturas, de cualquier partido.

En una de estas tardes lluviosas, Melita Peláez (Mela para sus detractores) estaba hojeando el libro Voces desechables, de Fernando del Collado, Editorial Océano, y de pronto le brincó una frase que dibuja perfectamente el carácter de muchos de los aspirantes a convertirse en candidatos. No de todos, aclaramos.

“He sido diputado local, diputado federal, senador, líder de la CNOP y gobernador ¿creen que todo eso lo hice de gorra? ¡Carajo! Ni que estuviera loco. Óscar Flores Tapia, mayo de 1973”.

Desde luego que en esos zapatos no entran todos los suspirantes, pero veamos, todavía no hay candidatos formales y muchos reclaman dicho derecho para lo que sea, bendita meritocracia.

Un problema grave para los priistas con la restricción que evita el chapulineo plurinominal de una curul a un escaño y viceversa, es que si bien dejará fuera a muchos vividores de la política, también afectará a los que le hacen la talacha del gobierno.

Pero ojo, el PRI limitó a sus chapulines, pero no a los de otros partidos. Si no, pregúntese a dónde irá Manuel Bartlett, que no sea ahora a San Lázaro.

Parece que la mejor definición de plurinominal es la de Leonel Coco Reyes, quien planteó hace algunos ayeres “Soy plurinominal porque estoy en muchas nóminas”.

Chapulineo en pleno

Carlos Ramírez, en Indicador Político, anticipa que ya se está tejiendo la red de seguridad para algunos integrantes del gabinete de @EPN y su pase directo, plurinominal, al Congreso.

Entre ellos, podría incluirse a Alfonso Navarrete, Pedro Joaquín Coldwell y José Calzada y eventualmente, para Aurelio Nuño y Enrique de la Madrid. Este es chapulineo, pero a otro nivel.

De los aspirantes presidenciables, hemos contabilizado a una treintena de tiradores, más los que se acumulen. También en otras entregas de El Rincón del Chamán, hemos referido los prospectos a las 8 gubernaturas que estarán en juego en 2018 y la jefatura de la CDMX.

Pero hay que estar listos para ver una larga, muy larga lista de prospectos al Senado y a las diputaciones federales.

Dicen por ejemplo, que Josefina Vázquez Mota, perdiendo el Estado de México ganó como premio de consolación un escaño en el Senado de la República. De los mexiquenses, también se cuenta a Eruviel Ávila que puede integrarse al gabinete de @EPN y luego al Senado, para no dejarlo sin chamba.

En otras granjas, las promesas de las candidaturas al Congreso y a las gubernaturas en juego, le dan fuerza o se la quitan al grupo que pelea por la presidencial. En el PAN, Ricardo Anaya trae la sartén por el mango, es decir, las listas. Algo aprendió de Gustavo Madero.

En este supuesto, entra Rafael Moreno Valle. ¿Qué será de él si no es candidato presidencial?

Pero las promociones también sirven para hacer campañas negativas como la que le hacen al góber guanajuatense, Miguel Márquez, a quien lo ven renunciando a la gubernatura antes de tiempo, para apuntarse un escaño. Pura tenebra, pues. ¿O no?

Ya en el terreno de los "supongamos", como dice Roy Campos, no hay que descartar la reaparición de Marcelo Ebrard en las listas de los pluris al Senado de Morena. ¿Qué, no?