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El ambidiestro y ambivalente chico maravilla

Oscar Legaspi
El Ojo Político
2017-09-11 06:52:40

La candidatura del PAN a la Presidencia de la República está volviendo loco al chico maravilla, últimamente ha abierto tantos frentes que con ninguno le sale el boleto premiado.

Un frente abierto es con el gobierno federal por su oposición al nombramiento de Raúl Cervantes, como primer fiscal general de la República.

Cabe recordar que Ricardo Anaya siendo diputado federal en el 2013, él y el PAN aprobó el pase automático en la reforma que da origen a la Fiscalía.

El 26 de octubre de 2016 en el Senado, el PAN aprobó el nombramiento del actual procurador Raúl Cervantes.

El presidente Enrique Peña envío una iniciativa el 29 de noviembre de 2016 eliminando el pase automático.

En el pasado año legislativo el PAN presidió tres instancias de relevancia para dictaminar y votar la eliminación del pase automático y no lo hizo.

El senador panista Fernando Herrera presidió la Junta de Coordinación Política del Senado y con las facultades que le confiere el cargo pudo haber sometido a votación dicha iniciativa para después promover que se llevara a cabo un proceso abierto de nombramiento y tampoco lo hizo.

Nos preguntamos qué orilló al joven maravilla a cambiar de opinión al no haber congruencia entre lo dicho y el hecho presentado.

Por un lado el PAN aprueba desde hace tiempo el pase automático y hoy Ricardo Anaya se desdice; le exige al gobierno que se apegue a una responsabilidad política evitando un nombramiento inadecuado del primer fiscal y por otro lado no da razones y argumentos que lo “obligaron” a un viraje forzoso.

Está más que claro que si el PRI y el Gobierno se empeñaran en forzar el nombramiento de Raúl Cervantes como primer fiscal general de la República asumirían las consecuencias después de haberse descubierto que el Ferrari de Cervantes está dado de alta con un domicilio que no le corresponde en el Estado de Morelos.

Este “error administrativo” como lo justificó Raúl Cervantes lo convierte en no confiable, sabiendo que la justificación real es para evadir el pago de los impuestos que le corresponden por lo que la confianza se gana, no se paga.

Ese es uno de los pretextos que Ricardo Anaya argumentó para que la nueva Mesa Directiva en la Cámara de Diputados quedara acéfala desde la primera sesión ordinaria.

La permanencia de Raúl Cervantes como Procurador hasta el 2018 está con pinzas, no queriendo decir que el gobierno esté empecinado en mantenerlo en ese puesto.

La Ley de la Fiscalía General de la República dice que será el fiscal general quien ocupe en esos momentos el cargo de Procurador General de la República.

La duración en el cargo será por nueve años contados a partir del 2018.

Tal vez en ese estire de las ligas políticas cambien las reglas para el fiscal general como que el número de años en el cargo se reduzca a seis, así como informes a asociaciones civiles y de derechos humanos porque se supone que es apartidista el personaje que ocupe el cargo.

Para que la Ley  de la Fiscalía General de la República sea aprobada con los intereses del PRI, se requiere que éste tenga 65 votos de los cuales solo cuenta con 55 senadores, sumando 7 del Partido Verde, que es su alianza política en estos momentos, llegaría a 62.

Esos tres votos que le hacen falta son los que acusa Anaya a Ernesto Cordero y los senadores que le siguieron como cómplices del PRI para aprobar el pase automático.

Ricardo Anaya ha sufrido descalabros, como el caso de Ernesto Cordero también panista, sea quien presida la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores pero que no pertenece a su grupo político dentro del mismo PAN y llegó a la presidencia de la Mesa Directiva del Senado sin el apoyo partidista por instrucciones de Ricardo Anaya.

Lejos de debatir los partidos políticos el procedimiento para elegir en primera instancia al fiscal general de la República, se centran más en las cortinas de humo que lanzan como distracción para negociar posiciones con miras al 2018.

En ese sentido, las luchas internas del PAN han llevado a que Ricardo Anaya se convierta en ambidiestro.

Ambidiestro porque acaba de conformar una alianza política  con el PRD de Alejandra Barrales, y con Movimiento Ciudadano de Dante Delgado ante el Instituto Nacional Electoral.

El objetivo que persigue según él es enfrentar a la impunidad y la corrupción en las elecciones del 2018.

Como dice el refrán popular “el burro hablando de orejas” cuando el mismo Ricardo Anaya no ha podido justificar el enriquecimiento desmesurado del patrimonio familiar.

En la firma de este acuerdo político aparte de los ya mencionados estuvieron presentes Rafael Moreno Valle, Guadalupe Acosta Naranjo y Agustín Basave.

Los consejos nacionales de cada partido autorizaron ir juntos en el Frente, pero no sólo en las elecciones del año entrante, sino durante todo el próximo sexenio según para influir de manera positiva en la creación de políticas públicas para dar solución a la problemática del país. Ajá.

La pregunta del premio mayor es ¿cómo van a designar a su candidato? ¿Qué perfil debe tener?

La respuesta estará tal vez en quién haya tenido más impunidad como Ricardo Anaya con el incremento desmesurado de su patrimonio familiar, o tal vez Rafael Moreno Valle, el Rey Huachicol como es señalado por sus nexos con “El Cachetes” recién aprehendido.

¿El PRD ya olvidó la traición que les hizo Rafael Moreno Valle en su sexenio como Gobernador de Puebla? ¿Todos olvidaron que también fueron expiados por Rafa?

Ambivalente porque es presidente del PAN y a la vez jugador para la candidatura. 


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