Elección de fantasía del INE

Ni con todo el dinero del mundo y ni con los mejores “asesores”, el Instituto Nacional Electoral (INE) en manos de Lorenzo Córdova va a poder controlar el proceso electoral que recién dio inicio y terminará en julio de 2018.

Con un presupuesto aprobado por el Consejo General del INE para cubrir el proyecto para el año próximo, el máximo en la historia de este país para una elección federal, asciende a la cantidad de 25 mil millones de pesos.

Según el consejero presidente Lorenzo Córdova, esta cantidad es para garantizar los derechos de 88.9 millones de electores y según suman más de 10 millones que la elección anterior.

En comparación de presupuestos, para 2018 el presupuesto representa 36 por ciento más que el aprobado para 2012, y la justificación que hacen los consejeros electorales para tal incremento es porque según ellos en aquel año solo fueron 16 elecciones estatales concurrentes con la presidencial y hoy serán 30.

Respecto a los cargos de elección popular fueron 2 mil 227 en 2012, y para 2018 serán 3 mil 416, lo que implica un incremento de 65.19 por ciento.

En materia de fiscalización, según se revisaron 5 mil 485 informes, y para 2018 dice el INE que revisará 80 mil informes durante las campañas y lo peor de todo ello es que lo deben hacer en un plazo máximo de 45 días después de la jornada electoral.

La desfachatez de Lorenzo Córdova llega al máximo de su cinismo personal porque mencionó “que después del año entrante se debe hacer un análisis profundo del modelo electoral, no uno cosmético, sino uno que vaya a las premisas centrales, un análisis que reflexione sobre la estructura y los procedimientos y la enorme cantidad de candados”.

El INE se cura en salud

Con esto, el señor Córdova empieza a lavarse las manos antes de dar inicio al proceso electoral de 2018, lo que hace presumir la ineficiencia de su persona, porque desde el cargo que ostenta pudo haber hecho planteamientos para modificar el modelo electoral, así como su financiamiento.

Primero se llenó las bolsas y luego propone hacer un “análisis” al modelo electoral después de la elección del año próximo.

¡Vaya cinismo!

Claro está que los partidos políticos otorgaron “un voto de confianza” a través de sus representantes en el Consejo General, pero (jajaja) “se deben tomar las medidas necesarias para eficientar el gasto”.

Lo anterior fue como darle un dulce al niño que llora por su juguete.

Los partidos políticos son los más beneficiados en todo ello, porque saben que una elección de esta magnitud pueden sacar raja por el descontrol que van a provocar donde se juega la silla presidencial, la renovación de la Cámara de Diputados (300 elegidos por mayoría simple en cada uno de los distritos electorales en que se divide el país y los 200 restantes por el principio de representación proporcional); la Cámara de Senadores (128 de los cuales son 3 por cada entidad federativa más 32 por una lista nacional.

Nueve gubernaturas (Chiapas, Guanajuato, Puebla, Jalisco, Morelos, Tabasco, Veracruz y Yucatán y la Ciudad de México que elegirá al jefe de gobierno).

En 30 estados se llevarán a cabo comicios para 972 diputaciones locales; 16 alcaldías y 160 concejales en la Ciudad de México; fórmulas de 24 juntas municipales en Campeche y mil 596 ayuntamientos, según el Diario Oficial de la Federación.

El proceso electoral ya está en marcha; el desenlace, por verse

El proceso electoral dio inicio el pasado 15 de septiembre y concluirá el 1 de julio de 2018; dentro de este periodo las precampañas federales inician el 14 de diciembre y concluyen el 11 de febrero de 2018.

Para los candidatos independientes tienen de plazo para recabar apoyo hasta el 6 de febrero; la aceptación de registro de candidaturas será el 29 de marzo de 2018 como máximo.

Para las gubernaturas, el registro de candidaturas concluirá el 29 de marzo y para los procesos electorales locales sin gubernatura tendrá como fecha límite el 20 de abril de 2018.

La verdadera historia se presentará el 1 de julio con la instalación de 156 mil casillas en toda la República y lo peor, no se sabe de dónde sacarán como “visita” a 12 millones de mexicanos para sumarse como funcionarios de casilla.

Otro meollo es la promoción del voto de los mexicanos que residen en el extranjero, lo cual implica un procedimiento largo y costoso.

Si procede la inscripción a la Lista Nominal de Electores Residentes en el Extranjero, se enviará el Paquete Electoral Postal al domicilio señalado y se entregará una vez que la persona se identifique con su credencial para votar.

Es un arma de doble filo que permitirá hacer chanchullos, porque sabemos que en el extranjero funciona como identificación válida el pasaporte y por otro lado la credencial de elector.

Si algún partido político después de la contienda electoral llega a demostrar que hubo inconsistencias en el proceso por parte de otros partidos políticos puede llegar al grado de anular el mismo, implicando más gasto en todos los rubros.

Definitivamente este ejercicio electoral para residentes mexicanos en el extranjero va a dejar mucho de qué hablar.