Los sin partido y el desprestigio de Calderón y “El Exbronco”

Deberían ser las estrellas del proceso electoral de 2018 por el perfil ciudadano que presumen, pero no, las benevolentes reglas que les impusieron apenas si les abrieron un espacio marginal en la competencia electoral. Es como si los hubieran rescatado de la informalidad.

Por si fuera poco, los presidenciables sin partido corren el riesgo de contaminarse del desprestigio que arrastran el expresidente Felipe Calderón -quien acompaña a Margarita Zavala-, y el góber de Nuevo León, Jaime Rodríguez, ya conocido como “El Exbronco”.

“Tan bien que estábamos”, exclamaron algunos aspirantes cuando supieron que el neoleonés decidió ponerse la doble cachucha de góber y candidato. Pero lo que realmente alborotó la aldea política fue la filtración de que la exprimera dama dejaba el PAN para irse de independiente, lo que puso énfasis en la crisis panista y su onda grupera.

Es el colmo, pues aunque será la primera vez que compiten legalmente en una elección presidencial, éstos y otros factores han propiciado que la figura de los candidatos sin partido se haya deslavado, desgastado, desdibujado, en suma, pasaron de la esperanza a la desilusión y a los empujones y codazos de los aspirantes no tan independientes.

Los presidenciables sin partido tienen en esta primera etapa un doble reto, conseguir las 866 mil 593 firmas de apoyo de 17 entidades del país, y desmarcarse de las malas influencias de los Calderón y “El Exbronco”.

En su momento, el triunfo de Jaime Rodríguez era ejemplo de lo que podría hacer un candidato sin partido y una opción viable para aquellos ciudadanos que preferían anular su voto, o tirarlo a la basura que es lo mismo. 

Pero los cuestionados resultados del gobierno del neoleonés, hoy son un negativo. Ya lo alucinan y se sabe que muchos de sus paisanos oran porque le den el registro para que los deje descansar, pero ¿qué culpa tenemos los demás?, pregunta Melita Peláez.

Por lo que toca a Margarita Zavala, por cierto la mejor calificada de los albiazules en las encuestas, refleja que Acción Nacional enfrenta una de las peores crisis de su historia. Los panistas están perdiendo la capacidad de resolver sus asuntos domésticos y aún así lideran a un grupo de partidos -entre ellos el PRD, MC y Panal- hacia puerto desconocido.

Con la renuncia de la exprimera dama al blanquiazul, dicen que ganó Ricardo Anaya, pero de eso nadie puede estar seguro, porque lo que se ve es un PAN en moronas.

Los ningunean

Las candidaturas independientes tienen muchos asegunes y la verdad es que la mayoría de los analistas que estudian el fenómeno no les ven muchas expectativas, sobre todo en el ámbito de los presidenciables.

Distinto es el esquema de las diputaciones federales y del Senado, donde sí es posible que pase un candidato sin partido. El caso aislado es de Manuel Clouthier, hijo del Maquío, quien ganó en 2015 una diputación bajo esa fórmula.

Mención obligada es el papelón del cuestionado Hilario Ramírez (Layín) como “independiente”. Layín gastó más que nadie -de nada le valió regalarle un coche a Rubí, la quinceañera- y quedó en los últimos lugares de la elección por la gubernatura de Nayarit.

El pasado domingo concluyó el plazo para que el INE recibiera los registros de aquell@s con intenciones de buscar una candidatura independiente. Que se sepa, además, que de media docena de ciudadanos que solamente conocen en la calle donde viven -seamos serios-, los únicos prospectos con posibilidades reales son:

*Pedro Ferriz de Con, periodista muy conocido, de trayectoria controvertida para algunos, pero de ideas claras. Para tranquilidad de sus detractores Ferriz no siguió la tradición de creer que un mundo nos vigila. ¿O no?

*Armando Ríos Piter, “El Jaguar”, experredista, quien de entrada aseguró que no tiene cola que le pisen. Sus críticos dicen que sigue con un pie en el disminuido sol azteca. Por el político guerrerense declinó el excanciller, Jorge Castañeda, quien peleó en tribunales hasta conseguir el reconocimiento de esta figura, pero se bajó del tren, al ver que las reglas eran como arenas movedizas .

*Emilio Álvarez Icaza, defensor de derechos humanos e impulsor del proyecto “Ahora”, valoraba la posibilidad de entrar en la competencia o de apoyar a alguna de las fórmulas ciudadanas.

*María de Jesús Patricio, declarada representante del EZLN en la contienda 2018, era esperada en el INE para su registro.

*Jaime Rodríguez, juega a lo seguro, pues si consigue las firmas de apoyo entra a las grandes ligas y si no, pues no, se mantiene con el sueldo de gobernador. En realidad devalúa el servicio público, como cantaba Facundo Cabral, “ya no es de aquí ni es de allá”.

*Margarita Zavala puede lograr el registro y convertirse en el dolor de cabeza de la fórmula que lance la alianza PAN-PRD-MC y Panal.

*José Antonio Meade, es estrictamente un candidato sin partido, aunque ya le echó el ojo la alianza que encabeza el PRI. Pero antes el tricolor tiene que definir la posición de Miguel Ángel Osorio Chong, quien no está pintado.

*Miguel Ángel Mancera es la carta más fuerte y competitiva de los presidenciables sin partido. Más allá de las disputas domésticas, créalo, puede ser candidato de cualquiera de las alianzas que juegan en la cancha 2018.

Mancera no se quedará chiflando en la loma. Su desempeño en la etapa de crisis derivada de los sismos lo colocan en un lugar destacado, además de darle a la CDMX el reconocimiento de estado.

Financiamiento de risa

Los presidenciables sin instituto político tienen 120 días (4 meses) para reunir las 866 mil 593 firmas de apoyo en 17 entidades del país. Gerardo Fernández Noroña se bajó de la competencia y dijo que es más fácil fundar un nuevo partido que reunir 800 mil firmas. Ya se verá cuántos logran esta meta.

Lo malo es que aunque podrán gastar hasta 30.6 millones de pesos para conseguir apoyos, los que pasen esa prueba tendrán derecho a un financiamiento de risa estimado en 42.9 millones de pesos.

De risa, decimos y aclaramos, si se compara con lo que obtendrán el resto de los partidos y que en conjunto se estima en 6 mil 800 millones de pesos. Mientras se deciden a destinarlo o no a la reconstrucción de los sismos, podemos hacer una comparación: El chiquipartido que menos recibirá obtendrá 223.7 millones de pesos (el PT para más señas).

Mientras, los sin partido se dedicarán a conseguir el pase dorado del INE para 2018, los grandes y chiquitos se dan con todo. Mucha grilla y pocas nueces