Las variables de la impunidad en México

La experiencia empírica en México nos dice que una de las peores instituciones del Estado mexicano es la procuración de justicia. Desde el norte hasta el sur, la percepción negativa es siempre la misma.

De las bromas de sobre mesa por las prácticas ancestrales en los sótanos de las procuradurías como el uso de agua mineral, toques eléctricos en zona blandas y golpes con trapos mojados para no dejar huella en los torturados, a verdaderos casos de espanto por las historias de impunidad, se cuentan por miles.

La mala fama de quienes responden al reclamo de justicia en este país es generacional y la organización de la sociedad civil a través de la organización civil Impunidad Cero nos ilustró esta semana, con rigor y método, que las cosas no han cambiado.

Hizo medir las 32 instituciones que operan en el país a partir de una variable central: el nivel de desempeño y a partir de ahí ubicó a las cinco mejores y a las cinco peores.

En el segundo grupo están las de Puebla y el Estado de México con un puntaje de 38.2 y 39.2 por ciento; las peores son la de Guerrero, con 29.6 y Michoacán con 36.1. Una vergüenza nacional.

Una de las más lentas es la de la Ciudad de México, en la que para poder denunciar un delito se necesita en promedio 196 minutos. Y esa medición fue la que le dio un penoso lugar 19, no obstante tratarse de la capital.

Entre las procuradurías más pobres del país está el estado de Tlaxcala que junto a la de la capital de la República, Puebla y el Estado de México están cuatro de los siete estados que conforman la gran Megalópolis, la zona del país que concentra la mayor número de habitantes y, en consecuencia, la que más demanda de servicio entre ellos la necesidad de contar con instrumentos eficaces para combatir una de las raíces más profundas de nuestros males como país: la impunidad.

Las que destacan por su mejor desempeño están las de Chihuahua, Nayarit, Guanajuato, Nuevo León y Yucatán, dice el estudio de Impunidad Cero y es como si habláramos de los países bajos, en donde los índices de satisfacción de vida son notables. Pero así es México.