Enrique Núñez
Código Rojo
2017-12-04 07:36:38
La bufalada tricolor cargó con toda su fuerza para respaldar la candidatura de José Antonio Meade.
El día 27 de noviembre Enrique Peña Nieto destapó a Meade, obedeciendo a sus obsesivas y consistentes cábalas de calendario.
Una vez confirmado el destape, no faltará quien piense que el verdadero padre de la candidatura de Meade fue Videgaray y no Peña.
La realidad es que el Presidente jugó su sucesión con el sello de la vieja escuela que lo formó y fue tejiendo y arropando a quien sería su carta para no perder las llaves de Los Pinos.
La carrera sucesora la inició Peña Nieto el 27 —nuevamente un 27— de agosto de 2015 cuando Meade arribó a la Secretaría de Desarrollo Social.
Ese fue el día en que EPN movió sus cartas rumbo a 2018.
En aquel entonces, en esta columna vislumbramos que sería Meade el caballo negro del PRI y todo indica que no nos equivocamos.
Aquí el testimonio:
Contracara 28 agosto 2015-Meade a la baraja presidencial
Desde ayer, un sinfín de políticos —incluido el Señor de Los Cerros— presumirán de una manera u otra su cercana relación con el nuevo titular de la Sedesol, José Antonio Meade.
La razón no es otra, que con este nombramiento, Pepe Meade es una nueva carta de la baraja presidencial.
Dentro de los nombramientos que ayer dio a conocer el Presidente Peña Nieto, el único que no se pudo filtrar a los medios fue precisamente el de José Antonio Meade.
Es evidente que si nadie sabía nada, es porque esta fue la jugada maestra de Peña, la cual no consultó ni compartió a nadie.
La sorpresa de los medios al ver llegar al canciller a la conferencia de prensa generó una expectación fuera de lo común.
Y no era para menos. Meade es un personaje de excepción, comparado con cualquiera de los políticos de la alta esfera nacional.
Después de haber pasado por la Secretaría de Energía y la Secretaría de Hacienda con Felipe Calderón —sin renunciar a su raíz priista— y por la Secretaría de Relaciones Exteriores, Meade ha logrado salir limpio tras cruzar un mar de estiércol.
Sin duda, el ahora titular de Sedesol es un personaje sin cola que le pisen, lo cual lo convierte en un perfil único, comparado con las desgastadas figuras de Miguel Ángel Osorio y Luis Videgaray.
En dos sexenios y después de haberse hecho cargo de tres importantes carteras, Meade no ha caído en un solo escándalo ni de corrupción, ni de ineficiencia. Por el contrario, es un político cuya honestidad no puede ser cuestionada, lo que lo convierte —insisto— en un político de excepción.
Sin duda, pese a ser el menos conocido de todos los suspirantes presidenciales, es el perfil más vendible electoralmente de todos los priistas, lo cual lo hace un serio contendiente para el 2018.
Apúntenlo.
Tras la obligada cita, hoy 27 de noviembre puede confirmarse lo que vaticinamos el 27 de agosto de hace 27 meses.
Que conste.