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Fin de Año Negro de Norberto Rivera

Oscar Legaspi
El Ojo Político
2018-01-02 07:50:53

Concluyó 2017 y los buenos deseos se manifestaron en todo el mundo. Fin de año, época para perdonar y olvidar los “pecados” que se cometieron.

Tal vez no para todos represente hacer un autoexamen de conciencia y arrepentirse de los pecados cometidos como el excardenal Norberto Rivera Carrera.

En su reciente mensaje de Navidad, el Papa Francisco fue directo contra los líderes de la iglesia católica al llamarlos “traidores de la confianza”, a quienes se dejan corromper por la ambición o la vanagloria que frenan sus reformas y que cuando son apartados le echan la culpa al “Papa desinformado”.

En la visita papal de Francisco a México, (febrero 2016) se observó de manera clara la división que existe hacia el interior de la Iglesia; por un lado Norberto Rivera solo fue tomado en cuenta en actos públicos como primer cardenal de México; y por otro lado la administración y organización del evento recayó en las manos del entonces secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano y coordinador de la visita del Papa Francisco a México, Monseñor Eugenio Lira Rugarcía.

Esa división obligó al Papa Francisco a modificar de manera intempestiva su mensaje al dirigirse a cardenales, arzobispos y obispos mexicanos de la siguiente manera “ no ponerse en manos de “faraones” en clara alusión al poder político mexicano y los poderes fácticos”.

“Esto no está en el texto, pero me sale ahora, si tienen que pelearse, peleénse. Si tienen que decirse cosas, se las digan, pero como hombres en la cara. Como hombres de Dios después van a rezar juntos, a discernir juntos y si se pasaron de la raya, a pedirse perdón. Pero mantengan la unidad del cuerpo episcopal” “México necesita obispos servidores, no se necesitan príncipes sino una comunidad de testigos del Señor…..”

El Papa Francisco ya tenía conocimiento de un escenario más que complicado en todos los sentidos por el que está pasando la iglesia católica en México.

Pensó tal vez que su sola presencia iba a hacer que los pequeños grupos que se habían formado en el país, se unificarían en torno a un solo sentido; pero no dimensionó que las diferencias eran mucho más grandes que sus buenos deseos.

En una parte de su también reciente mensaje de Navidad instó ante cardenales y obispos congregados en la Sala Clementina del Vaticano, a superar la “desequilibrada y degenerada lógica de las intrigas o de los pequeños grupos”.

“Cuando son apartadas se autodeclaran equivocadamente mártires del sistema, del Papa desinformado, de la vieja guardia… en vez de autocriticarse con el mea culpa”.

Si bien es cierto que en los últimos meses, el Papa Francisco ha efectuado cambios en la estructura eclesiástica y administrativa del Vaticano, esos cambios llegaron hasta México al remover a Norberto Rivera como arzobispo primado de México y poner a alguien de su entera confianza como Carlos Aguiar Retes.

Quedó muy claro para el Papa Francisco que el clero conservador y beneficiario del poder que ejerció durante años Norberto Rivera, hizo berrinche y no se sumó a sus designios.

A Carlos Aguiar se le encomendó desmontar el gran aparato conservador de la jerarquía católica en México y recuperar la misión popular que tanta falta les hace.

Las críticas a tal decisión se dejaron venir por parte de los medios de comunicación beneficiados por Norberto Rivera, al menos así lo dice los apuntes enviados al Vaticano por el Nuncio Franco Coppola.

Para el gobierno mexicano ya no era indispensable la presencia de Norberto Rivera al frente de la jerarquía católica, pues los antecedentes que trae cargando a cuestas desde que era obispo de Tehuacán por encubrir al padre Aguilar de los delitos de pederastia dejaron mucho que desear.

Las críticas al gobierno desde las iglesias por la inseguridad han creado un redimensionamiento que al efecto el propio secretario de Gobernación ha contestado a tal reclamo con apoyos a estados y municipios y con la ya controvertida Ley de Seguridad Interna.

En su momento, Norberto Rivera expresó palabras que dejaron muy en claro su posición ante los actos de abuso a menores de edad y dirigiéndose a las víctimas dijo: “Ustedes olvidarán pronto lo que les hizo el padre Nicolás Aguilar Rivera. Al rato ya ni se acordarán. Deben saber perdonarlo. El padre es un hombre enfermo”.

Como dato duro se tiene que el padre Nicolás Aguilar abusó y violó a más de 60 niños en la Sierra Negra de Puebla.

La misma situación sucedió en Los Ángeles California USA, en 1988, cuando Nicolás Aguilar fue enviado a la diócesis de Roger Mahony.

En esa demarcación Nicolás fue acusado de violar a 26 niños y el propio Mahony en su momento desmintió que Norberto Rivera le haya enviado una carta mencionando los “problemas de homosexualidad” del presbítero en cuestión.

Con estos antecedentes y más que suficientes, Nicolás Aguilar debió ser separado de su encargo pastoral por parte de Norberto Rivera y enjuiciado de acuerdo con las leyes del hombre.

Veremos cómo se reorganiza la jerarquía católica de México desde el Vaticano, suena como pedir un milagro entre ateos.


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