Vivir del hueso

El periodista Humberto Ríos Navarrete citó en su feis un “artefacto” del poeta chileno, Nicanor Parra, hermano de Violeta y premio Miguel de Cervantes en 2011: “La izquierda y la derecha unida jamás serán vencidas”.

Al igual que el comunicador nos preguntamos: ¿Cabe esa posibilidad? Veamos. Hasta mediados del siglo pasado, el PRI era partido único. Gobernaba el país  y tenía mayoría en el Congreso de la Unión.

Año con año sus votos vinieron a menos. En 1988, perdió la mayoría en la Cámara de Diputados y desde 1997 hasta la actualidad, es también minoría en el Senado de la República.

En 1994, tras el asesinato de Luis Donaldo Colosio, Ernesto Zedillo llegó a Los Pinos con apenas 48.6 por ciento de la votación nacional. En 2000, y como resultado de ese declive, Vicente Fox sacó al Revolucionario Institucional de la casa presidencial. Lo propio hizo Felipe Calderón, también del PAN.

En 2012, al recuperar el mando, el priista Enrique Peña Nieto suscribió con la oposición el “Pacto por México”, mediante el cual se logró la Reforma Política (2014) que dio paso a los gobiernos de coalición “con uno o varios de los partidos políticos representados en el Congreso para el periodo 2018-2024.

Analistas estiman que quien se alce con la victoria el 1 de julio obtendrá entre 25 y 30 por ciento de la votación nacional y menos de la tercera parte en las cámaras de Diputados y de Senadores.

Ese panorama sombrío conlleva a un conflicto postelectoral, encabezado, tal vez, por el PAN-PRD-MC o por Morena-PT-Encuentro Social o por el PRI-PVEM y Nueva Alianza. Vaya usted a saber.

En su oportunidad, el exdirigente nacional del tricolor, Manlio Fabio Beltrones, planteó que en caso de que el nuevo presidente obtenga menos de 42 por ciento de la votación forme, obligadamente, un gobierno de coalición.

Para Diego Valadés Ríos, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, un gobierno de coalición abre la posibilidad de que el Ejecutivo federal cuente con la mayoría en el Congreso.

Un estudio elaborado por Alberto Escamilla Cadena, docente de la UAM Iztapalapa, refiere las reformas en materia de educación, telecomunicaciones, transparencia, financiera y la que regula el endeudamiento de las entidades federativas, todas ellas aprobadas por el Revolucionario Institucional y la oposición.

“El pacto pasó a ser una coalición mínima ganadora con la aprobación de las reformas fiscales (votada a favor únicamente por el PRI y el PRD), la política y la energética (votada a favor por el PRI y el PAN)”.

¿La tirada sería un gobierno de coalición?