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La heroicidad de los toreros

Antonio Casanueva Fernández
Corchaíto
2022-06-05 17:06:23

Dentro de las emociones que nos ha dejado la feria de San Isidro 2022, están los testimonios de valentía que demuestran la heroicidad de los toreros. Destacan algunas escenas como la de Arturo Gilio intentando librarse de las asistencias para ponerse de pie y tratar de matar al novillo al novillo de Los Maños que le había propinado una fuerte cornada a la altura de los gemelos. Joselito Adame recibió una aparatosa voltereta de un exigente y encastado toro de Arauz de Robles. A pesar de haber sufrido contusión cervicodorsal y una herida con erosiones múltiples en la cabeza, se puso de pie y aún grogui por el golpe, trazó muletazos con decisión, firmeza y ligazón.

Pero quizá el suceso más impactante acontecido en Madrid en este 2022 fue la cornada que sufrió Ginés Marín el 15 de mayo. Con la cara ensangrentada y el muslo abierto, permaneció en el ruedo hasta pasaportar al toro de El Parralejo. Dando testimonio de templanza, a pesar de la visible y fuerte hemorragia, sin hacer ninguna mueca, agradeció la ovación y caminó sereno por el callejón de la plaza hasta llegar a la enfermería.

Mark Twain, creador de personajes como Tom Sawyer y Huckleberry Finn, decía que la valentía no es la ausencia de miedo, sino la fuerza para resistirlo y dominarlo (la cita textual: “Courage is resistance to fear, mastery of fear, not absence of fear”).

Franklin D. Roosevelt, presidente de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, coincidía con Twain y agregaba que el valiente se sobrepone al miedo porque   sabe que hay algo más importante (“Courage is not the absence of fear, but rather the assessment that something else is more important than fear”).

Los actos de Arturo Gilio, Joselito Adame, Ginés Marín y otros toreros durante San Isidro, no son el producto de la temeridad, sino la evaluación consciente que merece la pena poner la vida en peligro para defender los valores que están en juego o para alcanzar la Gloria. Los toreros representan el prototipo del héroe clásico que no censura, sino que desarrolla virtudes para enfrentarse a retos.

La profesora Marta Nogueroles de la Universidad Autónoma de Madrid explica que el  héroe “no practica las  habituales  formas  de  pedagogía  puritana,  pero,  a  su  modo –por  su  propia virtud  triunfante–,  enseña  más que  nadie. Es decir, el héroe es la tentación de la excelencia  y  con  su  conducta  modélica seduce a la práctica de la virtud a cuantos le rodean”.

El héroe se sabe frágil y por eso se vincula con lo sagrado. Desde la mitología griega hasta nuestro días, los héroes luchan contra la instrumentalización del ser humano y su reducción a lo utilitario. Por eso las mentalidades puritanas o utilitarias, propias de la filosofía animalista, rechazan al héroe y a los valores que ponen al ser humano en el centro. Los ataques que estamos observando en la CDMX, Nuevo León, Nayarit y Colombia son atentados contra una cosmovisión antropocéntrica reivindicada por cualquier valiente que está dispuesto a poner su vida en peligro por alcanzar algo que considere más valioso.

Para Ernest Hemingway la valentía es  gracia bajo presión (“grace under pressure”). Esta frase la utilizó el presidente norteamericano John F. Kennedy en su libro “Profiles in Courage” afirmando que la valentía es virtud humana más admirable.

Lo de Gilio, Adame, Marín y otros toreros en San Isidro –y que repiten en muchas plazas alrededor del mundo– no es teoría, ni literatura. Son testimonios vivos de la importancia de la valentía en nuestra vida cotidiana. Una pedagogía vivencial y pragmática para alcanzar la excelencia.


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2024-04-25