Semejanza o pura coincidencia

El PRI tiende a repetir su historia de hace algunas décadas, exactamente cuando perdió la presidencia en 2000.

Tal parece que los sucesos que marcaron el final del sexenio de Carlos Salinas y el sexenio completo de Ernesto Zedillo se vuelve casi de manera idéntica con el actual de Enrique Peña.

Ernesto Zedillo, el PRI lo hace su abanderado de manera sorpresiva, sin tener una carrera partidista que lo llevara a la candidatura después del asesinato de Luis Donaldo Colosio.

El discurso de Colosio, el cual fue ajeno a la pauta que marcaba Salinas, lo señaló como una traición al sistema, pero lo ligó a una sociedad sedienta de transformación.

Hoy, el discurso de despedida de la Presidencia del PRI de Manlio Fabio Beltrones, si no con las mismas palabras sí en el mismo sentido.

Durante el sexenio de Zedillo se suscitaron hechos como la matanza de Aguas Blancas en junio de 1995, donde la policía estatal de Guerrero asesinó a 17 campesinos, hecho por el cual el expresidente fue acusado internacionalmente.

En este sexenio,  queda para la historia la desaparición de los 43 estudiantes normalistas en el mismo estado de Guerrero. Una investigación aún sin resolver y más bien plagada de irregularidades desde su inicio.

Con Zedillo quedó para la historia la matanza de Acteal donde un grupo de desplazados rezaba en una ermita y fueron acribillados y rematados por un grupo paramilitar.

Hoy, durante un bloqueo originado por la CNTE en Oaxaca en contra de la Reforma Educativa, se suscitó el hecho de un enfrentamiento contra la Policía Federal, donde murieron varios activistas.

Las investigaciones arrojan que varios de ellos fueron lesionados por armas ajenas a las fuerzas federales.

En el sexenio zedillista la devaluación del peso pasó a mayores con los efectos dragón, samba y vodka.

Hoy, con el efecto Brexit de los británicos y su salida de la Comunidad Económica Europea, el peso alcanza casi los 20 pesos, una devaluación cada vez más pesada.

Con Zedillo la corrupción alcanzó las grandes esferas políticas, la destitución y detención del General de División Jesús Gutiérrez Rebollo, en ese entonces Comisionado del Instituto Nacional contra el Combate a las Drogas, fue acusado de proteger al Cártel de Juárez.

También con Zedillo fue ligado al narcotráfico el entonces  Gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, personaje que se fugó al verse descubierto.

Hoy, la crisis de corrupción ha alcanzado al propio Presidente, el caso de Casa Blanca por ejemplo, la detención del expresidente priísta Humberto Moreira en España por enriquecimiento ílicito.

Los gobernadores en funciones, Javier Duarte de Veracruz, Roberto Borge de Quintana Roo, César Duarte de Chihuahua han hecho hasta lo imposible para “blindarse” con leyes locales para evitar ser detenidos.

La Reforma electoral modificada de 1996 con la aprobación de todos los partidos dio paso a la creación del IFE donde el Secretario de Gobernación quedaba a un lado en la responsabilidad electoral.

Hoy, con aprobación de varios partidos, dio paso a las Reformas Estructurales que tanto de pregonaron, pero desgraciadamente no del todo ha sido miel sobre hojuelas.

La reforma energética una de ellas, que prometió bajar el costo de la luz, gasolina y demás, a pegado más en los bolsillos de la gente en lugar de haber tenido un beneficio.

La reforma educativa no se ha dado, la CNTE está dispuesta con todo a defender sus derechos laborales que a capacitarse.

Aurelio Nuño, Secretario de Educación, llegó con mano de hierro, no abierto a la negociación política, más bien le apostó por el camino de la imposición y ahí está el resultado con Nochistlán.

Miguel Ángel Osorio, Secretario de Gobernación, abierto a la negociación como habilidad política, logró desactivar los bloqueos que durante semanas permanecieron en los estados de Oaxaca y Chiapas que tenían sitiados a sus pobladores.

Tal vez sea el único en estos momentos que ha salido librado de toda la turbulencia política mediática de este sexenio.

El PRI ha olvidado a las bases, a los líderes de los mercados, a los campesinos, a los obreros; en cambio le ha dado mucho poder e impunidad a Gobernadores y otros líderes.

Si el PRI quiere retomar el camino que lo hizo ser el partido hegemónico de antaño, deberá volver a sus inicios doctrinales y castigar a los que con sus acciones lo han hecho perder, porque para que la cuña apriete, tiene que ser del mismo palo.