Investigadores del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán” y organizaciones civiles señalaron que en México se venden anualmente alrededor de 80 mil millones de dólares de alimentos chatarra y bebidas azucaradas, cinco por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), en perjuicio del sobrepeso y la obesidad de los mexicanos.
En conferencia de prensa, el investigador del INN de la Secretaría de Salud, Abelardo Ávila, estimó que el daño a la salud es por más de 200 millones de pesos anuales, que debe pagar el sector salud para atender enfermedades crónico degenerativas por el consumo de chatarra y refrescos en el país.
“Lo anterior ha repercutido en la desnutrición grave en el sector indígena, sobre todo a niños y niñas de primaria del país y en el caso de Chiapas, hay infantes que tienen 29 por ciento de talla baja y dentro de las comunidades rurales indígenas es más del 50 por ciento de talla baja”, reveló el especialista.
Subrayó que en los tres últimos años, toda la industria embotelladora y de alimentos procesados reportaron 300 mil millones de pesos por concepto de ventas, sus costos en más de 188 millones de pesos, con una utilidad bruta de 122 mil millones de pesos.
Las empresas trasnacionales utilizan la ingeniería fiscal que les permite deducir la utilidad bruta en más de cien mil millones de pesos, de tal manera que tienen 25 mil millones de utilidad neta ya como base fiscal, pagando únicamente ocho mil millones de pesos a Hacienda.
Abelardo Ávila dijo que no obstante lo anterior, existe un pase mágico llevar a la práctica la consolidación fiscal, lo que les permite que la autoridad hacendaria les devuelva alrededor de seis mil millones de pesos por concepto de impuestos.
“Terminan pagando como impuesto efectivo únicamente mil 800 millones de pesos, es decir, de 300 mil millones de ventas, terminan por una base fiscal muy baja y todavía pueden reducir deducir el 90 por ciento y terminan pagando solo el seis por ciento”, detalló el funcionario
Por su parte, Víctor Suárez, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras del Campo (ANEC), consideró necesario que el TLC deba ser reemplazado por otro acuerdo que permita producir sus propios alimentos, mayor consumo interno, recuperar la soberanía alimentaria y dejar de importar más del 42 por ciento de productos diversos.
Señaló que a 25 años de haberse firmado el TLC ha sido nocivo para la agricultura en nuestro país, la alimentación mexicana, el medio ambiente y la justicia social, y ha beneficiado a las grandes corporaciones globales.
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