Dávila Espinosa aseguró que en lo que va del año se ha brindado atención a más de dos mil migrantes.
Colapsa la Casa del Migrante “La Sagrada Familia” al triplicarse el flujo de migrantes centroamericanos provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador que cada día demandan al menos 40 raciones de alimentos tres veces al día.
Al informar lo anterior el representante de la Diócesis de Tlaxcala y administrador de la Casa del Migrante, Elías Dávila Espinosa aseguró que en lo que va del año se ha brindado atención a más de dos mil migrantes.
Esto significa que una vez que han fracasado las caravanas para cruzar a los Estados Unidos, los centroamericanos han regresado al lomo del tren “La Bestia”, para ir en busca del sueño americano.
Dijo que al tiempo que aumenta la presencia de ciudadanos centroamericanos, en la Casa del Migrante han bajado de manera alarmante los apoyos económicos en dinero y en especie.
Esta baja del apoyo altruista ciudadano se ha notado a partir de la difusión que se dio en los medios de comunicación, que daban cuenta de que los migrantes tiraban la comida en las calles, en el sureste del país.
“Eso pegó muy fuerte”, al grado de que las familias y donadores de inmediato han retirado la ayuda humanitaria que regularmente hacían llegar al albergue, simplemente ya no se reciben las donaciones como antes.
Insistió en señalar que a partir de ese detalle el abasto de alimentos, ropa y medicinas que mensualmente se reciben en el albergue de Apizaco se ha reducido hasta en 60 por ciento, mientras la demanda aumenta.
Dijo que este fin de semana arribó un grupo de alrededor de 300 migrantes al albergue de “La Sagrada Familia” , situación inusual que rebaso la capacidad de albergue que es para un máximo de 120 personas.
El presbítero recordó que Apizaco se ubica entre los cinco puntos más importantes en el trazo que tienen los migrantes rumbo al norte del país, y la autoridad tiene que ofrecer servicios y aplicar acciones de carácter humano, salud y educación.
Refiere que los migrantes, a su arribo a Apizaco, buscan abastecerse de alimentos y cobijas para luego subir al tren, aunque reconoce que algunos se quedan a vivir en comunidades aledañas.
Se calcula que 70 por ciento de las personas es de origen hondureño y en los últimos meses se ha detectado a homosexuales y lesbianas que huyen de su lugar de origen por el rechazo de sus paisanos.
Dávila Fernández dijo que los alimentos ya no alcanzan para garantizar las raciones mínimas que se requieren e insistió en que por momentos colapsa la atención por lo que urgió a reconsiderar el regreso de las donaciones.
Gas para la cocina, jabón para baño, papel higiénico hay que pagar el aumento del pago de la energía eléctrica y cada vez en el almacén son menos las pastas, el aceite y ni se diga la dotación de tortillas.
El presbítero apizaquense lanzó un angustioso llamado de auxilio para que regresen las donaciones, que aunque sean pequeñas van a servir para aliviar un pcoo las necesidades de nuestros hermanos centroamericanos que por días no tienen nada que llevarse a la boca.
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