César Castruita
César Castruita
2016-05-09 13:36:17
Pues ni con el programa Hoy no Circula reforzado se ha logrado disminuir la nociva contaminación, y en la Megalópolis las contingencias ambientales se están volviendo cosa de todos los días
Sin embargo, las autoridades capitalinas persisten en su sesuda estrategia de restringir a discreción la circulación de vehículos, sin que hasta el momento se vea iniciativa alguna para combatir el problema de tajo, ni ofrecer opciones eficientes y dignas de transporte público cuyos usuarios además de sufrir el calvario cotidiano deben sentirse agradecidos de no ser asaltados en el día.
Como una especie de deslinde del gobierno central, a quien le toca ahora hacer los impopulares anuncios de la aplicación del Doble no Circula es al coordinador ejecutivo de la Comisión Ambiental de la Megalópolis, Martín Gutiérrez Lacayo, quien ha reconocido que las medidas emergentes no son la solución, pero que de no haberse aplicado los niveles de contaminación hubieran llegado a niveles más altos que los registrados.
El caso es como todo en México, el tema de la contaminación y las restricciones consecuentes ya se politizaron. Ahora se frotan malévolamente las manos, pues ven el Waterloo del jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, al igual que las oportunidades para otros partidos de cara al 2018, cuando la nueva Constitución tenga más rebanadas de pastel por repartir.
Desde su campaña y a principios de su gestión, Mancera anunció que una de sus estrategias principales en materia de transporte público sería el reordenamiento de los grandes centros de transferencia, como Indios Verdes, Cuatro Caminos, Pantitlán y Chapultepec.
A más de tres años de gobierno, esos centros siguen siendo los mismos chiqueros de siempre, por utilizar un ligero eufemismo, llenos de obstáculos y trampas para los usuarios, ya que así como no han podido quitar a los vagoneros del Metro, tampoco han podido con los mal llamados comerciantes ambulantes que están bien aposentados, ni con los microbuseros dueños de las calles, que desconocen el elemental respeto y, ni hablar del reglamento de tránsito.
Anafres y manifestaciones
Nadie ha mencionado la contaminación que producen los puestos de fritangas que se encuentran por toda la ciudad, pero que se aglutinan precisamente en los centros de transferencia y alrededor de muchas estaciones del Metro.
Muchos de esos puestos utilizan carbón, que es altamente contaminante y que hasta ahora no están sujetos al Hoy no Circula, como tampoco las manifestaciones, marchas, bloqueos y plantones que diario aquejan a la capital.
Desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, sede del gobierno capitalino no han hecho un pronunciamiento contundente sobre las movilizaciones como foco de contaminación. Hubo débiles declaraciones en el sentido de que éstas no eran contaminantes y que se tendría que hacer una investigación al respecto.
Sin embargo, la lógica apoyada por estudios científicos indica que los vehículos a baja velocidad o detenidos contaminan más que en movimiento.
Para documentar el pesimismo de quienes se ven atrapados por las manifestaciones, datos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de la Ciudad de México dan a conocer que durante los primeros cuatro meses del año se efectuaron 218 protestas, que representan, en promedio, cuatro por día.
No hay que ser malpensado para llegar a la conclusión de que esas movilizaciones son permitidas con una sospechosa discrecionalidad, pues a los grupos clientelares del PRD se les deja hacer de las suyas donde y cuando quieren, mientras que los que no son afines son coartados y reprimidos.
A quien tenga alguna duda al respecto lo invitamos a organizar una protesta en contra de las manifestaciones, a ver si lo dejan.
El hecho es que dos fuertes y evidentes focos de contaminación, como los puestos de fritangas y las manifestaciones no han sido objeto de restricciones al igual que ya lo son los automovilistas.